Fuera de peligro

Una figura emergió de algún lugar de la oscuridad que proyectaban los arbustos y las sombras de los edificios contiguos a la posada. Un chico joven, cuyas ropas, o más bien lo que quedaba de éstas, presentaban un aspecto deplorable. De la camiseta tan sólo quedaban unos hilos ennegrecidos que surcaban el pecho y parte de los brazos. Los pantalones apenas llegaban a la altura de las rodillas, aunque tampoco se distinguía a ciencia cierta el final de estos; las piernas del chico habían adoptado el mismo tono negruzco que lucía la poca ropa que aún conservaba encima. Caminando con cierta pesadez, se acercó al grupo de personas que acababa de salvar la vida tirándose desde una ventana. No se le veía el rostro, una cortina de pelo le cubría los rasgos.

-Sé dónde está el culpable de esto -La inconfundible voz de Shinichi, rasgada y extrañamente ronca, resonó por encima del crepitar de las llamas que iban consumiendo poco a poco la posada-. Seguidme.

Caí de forma limpia y rodé sobre mí misma para amortiguar el golpe. Nada más levantarme, todavía algo tambaleante, descubrí una figura ligeramente encorvada, que se dirigía hacia nosotros entre las sombras.
Me costó un poco reconocer a Shinichi bajo aquel aspecto vencido y quemado. Mi primer impulso fue saltar a estrecharle y sostenerle, ¿por qué parecía tan quemado? ¿Habría fallado el Ichigen?
Pero habló como si todo fuese bien y me detuve. Todo iba bien, pero... no, algo fallaba. Su forma de andar y moverse, los hombros hundidos y la mirada huidiza no eran propios de SHinichi; ni siquiera parecía su voz, ¿dónde estaba su tono tiránico y prepotente? ¿Qué había pasado con aquella imagen de imperturbabilidad que siempre se interponía entre el mundo y él?

Supuse que lo ocurrido le había afectado mucho más de lo que parecía. Por su aspecto, había estado bastante cerca del centro de la explosión.

-¿Estás herido? -pregunté, acercándome a él y apartando el pelo de su rostro, intentando averiguar qué fallaba-. Tienes un aspecto horrible, ¿no ha funcionado bien el Ichigen?

No reaccionó ante mi contacto, como si nisiquiera se hubiese dado cuenta de ello. Aquello sí que era preocupante, pero no era momento para tonterías, sus palabras me habían recordado que había alguien suelto al que tendría que dalre un buena paliza. Aquel maldito psicópata que la había tomado con nosotros no podría volver a andar después de que tuviésemos unas palabritas; nadie intenta matarme y ataca a mis amigos sin asumir las consecuencias.

-¿Qué diablos ha pasado, Shinichi? -interrogué, aferrándole del brazo. Venganza, quería venganza, pero tampoco iba a dejarme llevar por la furia... al menos de momento.- ¿Y cómo has descubierto al culpable?

El joven de pelo negro se tambaleó y se agarró casi sin fuerzas a los brazos de la chica. Ésta intentó sujetarle, pero las rodillas de Shinichi comenzaron a flaquear con un leve temblor. Jadeando, como si estuviese librando una verdadera batalla en su interior por seguir de pie, se deshizo del agarre que él mismo había propiciado y se apartó de la mujer como quien se aparta de un objeto que ya ha desempeñado su función.

-No permanecerá allí mucho tiempo -Parecía no estar dirigiéndose a nadie, ni siquiera a sí mismo, pero las palabras seguían entrelazandose en su boca aportándoles a los chicos la información que necesitaban-. Está en el bosque. Cura sus heridas en un claro.

Y aunque pudiera parecer imposible dado su lamentable aspecto, emprendió la marcha hacia ese claro. Desapareció de vista tras los arbustos y el tupido follaje que había detrás de la posada.

Las palabras de Shinichi nos dejaron a todos en el sitio ¿el culpable? No entendía la sobriedad de sus palabras y de repente, irse con tal parsimonia como si no hubiera dicho nada. Sin duda cada día estaba más raro este chico. Ahora soy borde, ahora no, ahora solo pienso en mi trasero, ahora informo a mis amigos de que conozco al culpable... Me estaba poniendo la cabeza como una maraca con tanta bipolaridad. Además, a que nos había dicho quien era podría haberse esforzado un poco más y decirnos el nombre.
Aquella actuación de nuestro compañero no la conseguía captar con claridad, no sabía que quería que hiciéramos ¿Acaso que le sigamos? o ¿simplemente se ha ido solo para divertirse él solo pateando a ese maldito bastardo?
Sacudiéndome la ropa por la caída, miré un instante los restos de la posada. Gran sabia es la frase "el fuego es el peor enemigo del hombre". Di unos pasos hacia delante y me aclaré la voz para captar su atención.

-Chicos, la pregunta es clara ¿que hacemos, le seguimos o nos quedando mirando el suelo hasta que vuelva? Yo haré lo que vote la mayoría, no quiero que pase como la última vez

Esperando que todos hubieran escuchado esa última frase me senté en el suelo y esperé la deliberación del grupo.

Me dedique a mirar la patetica escena del grupo. Por lo que parecia, no es que estubieran precisamente organizado. Al haber cumplido mi cometido de salvarlos, decidi que seria buen momento para partir con Tsuki: No queria pasar más tiempo con esa gente.

Empece a andar en la direccion opuesta a la del chico, cuando Tsuki, la cual aun llevaba en la espalda, se acerco lentamente a mi oido.

-¿No te apetece jugar a un juego?- Susurro con una voz fria y siniestra.

Me pare derrepente, pero intentando no llamar la atención del grupo. No pude verlo, pero me parecia que estaba riendo con malicia. Desde aquel incidente solia comportarse de forma muy rara...

-El chico sabe donde esta el culpable. Sabe el camino hasta lo que tanto deseas encontrar. Sabe donde esta... Hikari- dijo con ese tono pondria a cualquiera los pelos de punta.

-Puedo encontrarla sin su ayuda. Solo son unos prin...- Dije antes de que me interrumpiera.

-No puedes. El chico es el unico que puede llevarte con Hikari, Yoru. Si no te unes al grupo, dudo que te vaya a llevar a ti solo. ¿Que? ¿Quieres jugar entonces?

Respire hondo. Odiaba esos cambios de humor y odiaba la compañia. Pero mi objetivo era encontrarla, de cualquier modo posible.

Me gire lentamente y mire al grupo.

-Ire con vosotros si seguimos al chico: nuestra actual prioridad es encontrar al culpable- Dije, sin mostrar ninguna emocion.

-¡Chi! ¡Seremos todos amigos!- Dijo la niña de forma inocente e infantil, riendose y sonriendo al grupo.

Debia encontrar a Hikari y proteger a Tsuki: Solo asi sabria que estaba pasando en realidad.