Seria complicación

El chico era tal como Hikari lo había descrito. Alto, delgado y con aquella increiblemente larga melena azabache. Llevaba un pijama gris de pantalón y manga larga e iba descalzo. La camiseta resaltaba los suaves músculos de sus brazos y de su estómago. Sus manos, tan poco propias de un guerrero, atestiguaban la fuerza de su poder, ahora sellado. Ese crío era el guardián de la médium.

-Shinichi Sanagawa -Escupí, irritado-. Ahora vas a ser mi marioneta.

Alcé la mano y rodeé su muñeca con mis dedos.
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Mi conciencia se fue apagando. Las imagenes que mis ojos captaban del exterior se fueron difuminando, transformándose en pequeños puntos de colores en mi mente. Me sentí flotar en algún lugar sin forma, en alguna especie de vacío negro. Algo empujaba... empujaba una parte de mí que no se veía, que no podía definir con ningún nombre pero que sabía que era la misma esencia de mi existencia. Una presencia extraña se instaló en el lugar que antes ocupaba yo.
No dolía, no sentía, no pensaba. No había nada. No era, no estaba. No...


[Continúa en Pasillos de la Posada "Las condiciones de Cyhril..."]