La impulsividad de Shinichi

Sin haberme parado a pensarlo siquiera había apartado a la cría del rango de visión de ese chico que tanto parecía protegerla. Seguramente estaría echando humo... y seguramente seguiría mis pasos, que es precisamente lo que yo quería que hiciera.

La sala estaba totalmente vacía, el fuego de la chimenea crepitaba junto a una pequeña formación de sofás y sillones. Sin prestar mucha atención, me senté en uno de los sillones individuales, uno que me permitía ver la puerta por la que entraría aquel chico en unos pocos segundos. Antes de que aquello ocurriera senté a la niña en mi regazo y desenganché la espada sin sacarla de su vaina. La puse de tal forma que aquella enana quedara atrapada entre mi cuerpo y la madera.
Apenas me había dado tiempo a colocarme bien, pero en cuanto aquel chico irrumpió en la sala, tiré de la empuñadura suavemente y dejé que el metal del filo asomara peligrosamente amenazando a la niña. No iba a hacerle daño a alguien desarmado, y menos a una cría como ella, pero la necesitaba para que aquel tío largara todo lo que supiese acerca de la desaparecida Hikari.

Entre en la habitacion a la carrera. Si habia algo que me sacara de mis casillas era eso. Vi como el idiota desenvainaba la katana. Un escalofrio me recorrio el cuerpo. Iba a moverme por mis instintos, pero vi como Tsuki sonreia. Como si no fuera consigo la cosa.

-Tranquilo. Sinichi solo quiere encontrar a su amiga Hikari-Chan. Y cree que nosotros sabemos algo. No me hara nada- Dijo sonriendo.

Me alivio saber que ella veia la situacion tranquila. Aun asi, el chico era un peligro. Lo mire sin moverme.

-Sueltala. No quiero iniciar una pelea absurda. Ella no tiene nada que ver- Dije indiferente.

Seguí de cerca al chico que corría tras la estela de Shinichi, no me fiaba ni un pelo de él, tanto misterio no era nada bueno.
Al entrar en la sala común encontré algo que no me esperaba. Shinichi estaba sentado en uno de los sofás de la habitación, con la pequeña en su regazo y la espada estaba medio desenvainada colocada de forma amenazante hacia Tsuki. Al ver esa escena no me pude quedar callada.

-¡Shinichi! ¿se te ha ido la cabeza o que te pasa? No se como se te puede ocurrir utilizar a la pobre niña para conseguir información. Entiendo que estés preocupado por Hikari, todos lo estamos pero... esta no es la manera adecuada de averiguar algo. Será mejor que Natsu no te vea así, porque yo... no tengo ningún derecho ni la fuerza necesaria para quitarte a la niña, pero Natsu te meterá una patada en el trasero en cuanto vea esa actitud.¿Que pasa que solo conoces el método de la violencia? Existe algo que se llama persuasión, imbécil.

No me equivocaba, tenía ganas de arrebatarle a la niña pero no podía, y tampoco podía manipular su voluntad, la mente de Shinichi era demasiado fuerte para mí, y prometí que la usaría solo para auténticos enemigos, no para un chico que no tiene dos dedos de frente.
No se como los hacía pero últimamente Shinichi no paraba de estresarme y hacerme sacar un lado oscuro que pretendía mantener oculto.

Kyoko era, sencilla y llanamente, irritante. No hacía más que gritarme como si fuera un loco al que le hubieran dado una espada, cuando todas mis acciones estaban perfectamente calculadas y tenían un objetivo fijo. Con un gesto rápido, dejé caer la empuñadura hacia abajo y el filo volvió a ocultarse.

-Mira Kyoko, tienes suerte de que tenga que permanecer sentado -Comencé, clavando una mirada gélida en su persona-, porque sino iría a tapar esa bocaza tan grande que tienes. Este método es rápido y sencillo, y este lugar es tan peligroso para la niña como seguro e inexpugnable si me lo propongo. ¿Piensas que voy matando a diestro y siniestro a la gente, estúpida?

Después de decir lo último, respiré hondo e intenté sosegarme un poco. Llevaba una temporada con un humor pésimo, mucho peor de lo habitual, y sentía constantemente ganas de distanciarme de todos ellos. A veces me preocupaba esa sensación, en gran parte debido a que me sorprendía pensando cosas que jamás pasarían por mi cabeza en condiciones normales.

-Observa mi mejilla -Suspiré, mientras retiré la espada envainada del cuerpo de la niña, que, pese a haberse podido ir, continuó sentada en mi regazo-. No tengo ningún sello dibujado, ¿verdad? Por tanto, no tengo arma. Esta amenaza nunca ha ido en serio.

Retiré la vista de la chica pelirroja y la dirigí hacia la otra persona que estaba en la habitación. La niña aún continuaba encima de mí por voluntad propia.

-No pueden estar un momento sin estarse gritando?

Entre en la habitacion iba en camino a los pasillos cuando al girar logre ver a shinichi que iba corriendo con una niña en brazos, crei que al fin habian encontrado a hikari y tal vez huian de alguien, entonces vi a otro chico ir tras ellos pero despuse vi a kyoko y natsu ir hacia aya estando un tanto desconcertada decidi ir de inmediato a lo que parecia ser la sala comun, vi que la niña la cual al parecer ahora shinichi tenia amenazada con la espada no era hikari iba a hablar cuando por segunda vez en el dia kyoko se enfrento contra el genio de shinichi asi que decidi ver que le decia, estaba en lo cierto no podia ir por ahi amenazando gente y menos a personas que apenas conociamos, pero que se le podia hacer el era asi, aunque algo era seguro y era que no atacaria sin razon alguna, despues de esas palabras me acerce sin dejar de notar al chico que al parecer estaba ahi por la niña que shinichi tenia ahora en su regazo la niña de apariencia dulce y bastante tranquila para estar en esa situacion me vio y yo no dije nada, mas que verla en verdad era bastante linda pero por que shinichi habia hecho esto, respire hondo y decidi calmarme y pedir que me explicaran de forma calmada y civilizada

-Shinichi, se que estas cansado y andas de mal temperamento desde que salimos del instituto pero se puede saber a que planeas llegar tomando de rehen a una niña?



[no se si natsu ya llegaria o no pero si no lo edito y ya

p.d. kotaro e ikuto luego digo donde andan xD]

Tras la segunda disputa con Shinichi, mi cuerpo no se sentía nada bien, no estaba acostumbrado a tanta tensión.
Observé como mi compañero retiró su espada envainada del cuerpo Tsuki, dejándola libre, sin embargo ella no se movía de allí, parecía estar cómoda en el regazo de mi amigo. ¿Qué le daría ese hombre a las mujeres? Ya incluso las niñas se rendían a sus pies. Parecía mentira que yo no hubiera caído en su arte natural de seducción y sin embargo hubiera caído en las palabras de Marg.
Sorprendida por la decisión de la niña, resignada a no poder hacer entrar a Shinichi en razón por una vez en la vida, me di la vuelta y me senté junto a la puerta.

Miyasaki entró como una fiera cual madre agotada de escuchar los gritos de sus hijos. No me importó en absoluto su llegada, es más, pensaba lo mismo que yo. Al menos sabía que no estaba loca por enfrentarme a Shinichi de esa manera.

Ahora únicamente me quedaba esperar el desenlace de esa reunión tan improvisada.

Permaneci quito, mirando a Tsuki, sin darle importa a las otras chicas. Si aun no se habia movido no seria por falta de oportunidades. Parecio entender mis pensamientos, por lo que me dedico una sonrisa. Despues, se giro y empezo a revolverle el pelo al chico.

-Se que estas preocupada por ella... pero debes relajarte: a ella no le gustaria verte asi, ¿no crees?- Dijo Tsuki para, por lo que creia, animarle.

Hecho esto, se levanto y se volvio a dirigir a la chica peliroja. Se quedo un rato mirandola, hasta que la miro con ojos de cordero degollado.

-¿Tienes pocholate?- Dijo como una voz dulce.

Me lleve las manos a la cara. Esta cria podia estresarme en poco tiempo.

Fantástico. Me llovían regañinas por todos los frentes... ¿pero dónde demonios estaba el sentido común de esta maldita gente?

-Ya basta. El próximo que me pida explicaciones por una actuación tan obvia se come la espada -Refunfuñé levantándome del sofá y siguiendo los pasos de la niña. Al pasar junto a Miyasaki, hice un puño con mi mano derecha y le di un golpe no demasiado fuerte en la cabeza-. Siempre igual, dudando de mí.

Al llegar donde estaba la niña, flexioné las rodillas para ponerme a su altura y la observé detenidamente. Tsuki se llevó las manos a la altura de la boca en una improvisada posición de defensa, pero sus ojos todavía brillaban ante la perspectiva de comer chocolate. En un acto reflejo me llevé la mano al bolsillo, fruto de la costumbre que había terminado por arraigar en mí cuando vivía con Hikari y ella me metía toda clase de tonterías en los bolsillos. Sin embargo, ni siquiera me esforcé por buscar algo. Sabía perfectamente que no llevaba nada... salvo el lazo azul de la niña.

-Oye, eh... -Me detuve antes de volver a llamarla por un simple e impersonal "tú". Aunque llamarla cría tampoco es que sonase mucho mejor que aquello- Hn... pequeña... ¿ese tío de allí es tu hermano o qué?¿Por qué habéis venido aquí?

Tsuki miro al chico fijamente. Seguramente saltaria con alguna parida de que le diera chocolate. Pero se percato de que no era buen momento, por lo que le revolvio el pelo de nuevo.

-Yo no tengo hermanitos... pero Nee-Yoru es muy bueno conmigo. Es como mi guardian- Dijo, decayendo su animo conforme terminaba la frase.

Se produjo un silencio incomodo. Sentia como si solo ella y yo estubieramos solos... recordando esos dolorosos recuerdos. Me acerque para llevarmela. Pero...

-¡Pero le quiero mucho! ¡Es mi Nee-Nee!- Dijo, como si la fuera la vida en ello.

Me daban ganas de pegarme un tiro. Para ellos les pareceria mono... pero para mi era vergonzoso.

¿Nene? Pensó mi cerebro sin terminar de creerselo del todo. ¿Qué clase de estúpido nombre es ese?

El chico andaba abochornado, los guantes que llevaba se le ceñían a la piel cada vez que apretaba sus puños, cosa que coincidía con que la niña adoptase esa actitud tierna y adorable. Aquello era una señal inequívoca de que le molestaba que hablase tan a la ligera... aunque si yo me llamase "Nene" también me molestaría.

-Tú, Nene -Dije con voz autoritaria desde el suelo. El ridículo nombrecito se llevó consigo gran parte de la fuerza de la oración-. ¿A qué no sabes en qué pienso cuando se juntan las palabras "Hikari", "Guardián" y "Protección"?

Sin darle tiempo a pensar, reaccionar o contestar, me adelanté.

-Pues pienso en mí. Yo soy el guardián de Hikari.

Me quede de piedra. Nunca pense que la "leyenda" tuviera un guardian... y menos que fuera un simple chico. Pero no debia perder la calma. Esto era solo una mision mia. Tenia que encontrarla y acabar con todo esto cuanto antes. No dejaria que todo fuera en vano.

-Menuda sorpresa. Asi que la chica encontro un guardian... pero parece que no estuviste a su medida, ¿verdad? Quizas cuando la encuentre yo este a salvo- Le dije, como si solo fuera a picarle.

Tsuki leyo mis pensamientos y, sabiendo como actuariamos todos, corrio a protegerse en mi espalda.

-Nee-Nee... para ya... el ha sufrido mucho...- Dijo, intentando relajar la situacion.

Miré a Miyasaki como si de repente la chica tuviera tres ojos en vez de dos. No podía creer que me hubiera llamado cariñito. Debía estar soñando, o ella delirando, pero era imposible que me hubiera llamado así.

-¿Te encuentras bien? -Pregunté, preocupado de verdad, mientras me levantaba del suelo y volvía a quedar de pie junto a ella.

Le puse una mano en la frente, casi tapando sus ojos, para tomarle la temperatura y me giré para encarar al chico.

-Se largó por voluntad propia. La muy estúpida se entregó en bandeja al hombre que la secuestró -Espeté, furioso con aquel tío que hablaba sin saber absolutamente nada-. Siempre pensando que lo mejor para todos nosotros sería que desapareciera sin más de nuestras vidas.

Apreté la mandíbula al recordar sus frecuentes disculpas, llantos y malestar por causarnos unas molestias que sólo existían en su mente. Cada recuerdo que volvía a mí era como si se prendiera un nuevo fuego en mi interior.

-Así que no se te ocurra volver a decir que no sé hacer mi trabajo -Amenacé, plantándome en dos zancadas frente a su persona y agarrándole de la ropa para acercarle a mí-. Yo mismo la encontraré y le clavaré mi maldita espada al hijo de puta que ha secuestrado a Hikari.

No puse resistencia cuando me cogio del cuello del abrigo. Lo mire, fijamente. Estaba acabando con sus paciencia. Y que Tsuki me abrazara mas fuerte por la espada lo confirmaba. Hacia tiempo que no me divertia tanto... pero si seguia asi, Tsuki podria salir perjudicada.
Sin mucho esfuerzo, me solte del chico, cogi de la mano a Tsuki y me dirigi a la salida lentamente...
Pero Tsuki se solto con facilidad. Me gire y la mire fijamente. Antes de que pudiera decirla nada, me percate de que su mirada no era tan optimista como siempre. Parecia decaida...

-El... ha perdido a su amiga...- Dijo la chica.

Me abrazo con fuerza. Eso que oia... ¿estaba llorando?

-¡No quiero que nadie mas pase por lo mismo!

Me quede callado... los habiamos sufrido el mismo destino. Ese chico parecia estar desesperado por encontrar a su protegida... y el debia encontrarla como fuera.

-Entonces... yo...- Dije entre cortado-. ¿Puedo unirme?

La sala se quedó repentinamente en silencio. Miyasaki me sujetaba por el brazo con fuerza, Kyoko miraba tan sorprendida como el resto de nosotros al chico, y la niña pequeña lloraba suavemente.

Mi mirada, azul y fría, encontró por primera vez los ojos del joven. Hasta el momento apenas nos había mirado, pero ahora sostenía la mirada que le estaba dedicando sin titubear. Sus ojos, de un suave color rojo, se reflejaron en los míos y aquello me hizo reaccionar.
Con una de mis manos deshice el agarre de Miyasaki, agaché la cabeza para que el flequillo me cubriera los ojos y salí de la habitación sin decir ni una palabra.

( YO continúo en el Callejón)

La contestación del muchacho nos sorprendió a todos, sobretodo a mí ya que le encontraba cierta similitud con Shinichi. Pero tras esto, ya no estaba tan segura, dudaba que mi amigo actuara de la misma manera en la misma situación.
Como si no hubiera sido suficiente la petición del chico, Shinichi se soltó hábilmente de Miyasaki y se marchó de la habitación. ¿Y ahora que le había dado?
Me levanté del suelo y me acerqué a Yoru a un paso lento. Le tiré de la camiseta cual niña pequeña para avisarle que estaba ahí, pretendía tocarle era el hombro pero, era tal su estatura que llegaría estirándome por completo, y no me apetecía hacer el ridículo delante de los presentes.

-No le tengas en cuenta esa reacción, nunca sabemos con que nos va a salir este chico - suspiré- en cuanto a lo de acompañarnos, por mí no hay problema, sin embargo no estoy yo sola, debería haber una votación pero aquí la gente hace lo que le sale de las narices - dije algo resentida por la "huida" de Shinichi.

Miré la puerta por la cual había salido Shinichi. Estaba cansada de perseguirle como si estuviera buscando a mi perro cada vez que se escapa. Que volviera cuando le diera la gana, yo no pensaba ir tras él de nuevo. No entendía como Natsuki le podía aguantar.

Shinichi se habia ido complatamente molesto si se le podia decir asi y salio del lugar tan solo fui y me tire al sillon en el que estaba hace poco, entonces el chico dijo que se nos unia muy bien no tenia poblema alguno con eso pero cual seria la razon, tal vez pronto nos la dijera

-Por mi no hay problema alguno, despues de todo siempre nos viene mejor mas ayuda en cuanto los otros no creo que se opongan...

Esperaba que el nuevo hablara no decia mucho que digamos cuando logramos escuchar una gran explosion que hizo que toda la posada se moviera, me puse en pie y fue a la puerta y logre ver a mucha gente correr a la salida

-Que rayos esta pasando... - dije sin entender

Pronto las ventanas se fueron rompiendo una a una dejando entrar enormes llamas, fuego? la posada estaba ardiendo!

-Kyoko! - me dirigi a ella -tenemos que salir de aqui la posada esta en llamas! ustedes dos tambien salgamos! - dije viendo a yoru y tsuki

Me dirigia a las escaleras para inos pero... los otros? no tenian idea y estaba en lo alto de la posada, me detuve y kyoko tras de mi me gire a ella ya que no entendia

-Los demas, siguen arriba... debo ir por ellos

No me quedaba mas que ver que era lo que ambos harian ahora

[no tengo idea la verdad ]

De un momento a otro la posada estaba ardiendo. ¿Qué demonios habría pasado? Miyasaki y yo corrimos hacia la puerta cuando ella se percató de algo. No estábamos todos, algunos seguían en los pasillos, y como no permaneciéramos juntos, a saber si volvíamos a encontrarnos. Ella dijo que iba a ir a buscarlos y yo ¿que debía hacer? ¿salir fuera o acompañarla? Finalmente tomé la decisión de acompañarla.
Yoru y Tsuki seguían en el mismo sitio, ¿no iban a escapar? En pocos minutos la posada se convertiría en un puñado de escombros, y como no nos acompañaran quedarían carbonizados.

-Espera Miyasaki te acompaño a por los demás - dije mientras el corazón me latía a mil por hora- Y en cuanto a vosotros- desvié la mirada hacia nuestros posibles dos nuevos compañeros - ¿os vais a quedar ahí para convertiros en pollos asados o nos acompañáis? Yo creo que la segunda opción es la más lógica pero allá vosotros. Eso sí, no tardéis mucho en decidiros.

Miyasaki esperaba una respuesta rápida y yo también. Esas palabras no las había dicho solo por gastar saliva, como tardaran mucho en contestar me daba igual lo que les pasara, yo me iba a buscar a los demás.

De la nada, la posada empezo a arder. Tsuki, que ya estaba suficientemente fatigada por sus lagrimas, se abrazo a mi con fuerza por el susto. Parecia que las chicas iban a buscar a mas gente. No podia dejarlas tiradas: las necesitaba para llegar hasta Hikari.

Subi a Tsuki en caballito, la cual empezo a limpiarse las lagrimas.

-Acabemos cuanto antes... Puedo ayudaros, pero debeis decirme cuantos y quienes son-Dije mirando a las chicas-. Tsuki, tu encargate de localizarlas... o por lo menos localiza posibles objetivos, ¿de acuerdo?

La niña, la cual lentamente terminaba su depresion, afirmo con la cabeza y cerro los ojos.

-¡En marcha!- Dije empezando a avanzar.

Al fin parecía que Yoru tenía algo de sangre en las venas. Cogió a Tsuki a caballito y nos preguntó quienes faltaban. Algo apurada por la falta de tiempo, le describí a cada uno de los que faltaban que eran Natsu, Ikuto, Kotaro y Marg. Solamente le di rasgos fundamentales ya que no podía entretenerme mucho.
Cuando acabé me puse a la cabeza del grupo, estaba terriblemente nerviosa y el humo estaba comenzando a asfixiarme.

-Vamos, deprisa, o a este ritmo quedaremos inconscientes en este lugar.

Además de la falta de aire estaba terriblemente preocupada por los demás, ¿estarían bien? ¿y Marg? Nunca me había preocupado mucho por su seguridad pero este caso era distinto. Tenía ganas de ver a todos sanos y salvos, y como no fuera así... pobre de aquel que hubiera ocasionado el incendio.

[Continua en Habitaciones Masculinas " Peligro"]